Narracion: Dolores de la vida

Hace aproximadamente una década sufrí un fuerte dolor físico algo realmente insoportable. 

Todo sucedió mas o menos a las 4:30 pm un sábado en invierno...estábamos mis primos y yo jugábamos fútbol americano ese día no use la protección necesaria en mis brazos y hombros, porque le había prestado mi equipo a un primo de menor edad a la mía (irónicamente no quería que el saliera tal lastimado).

Así paso una hora y debíamos regresare a casa, de pronto a un de mis primos se le occurio que el ultimo touch-down ganaba, las cosas se pusieron algo violentas yo intente detener al corredor (un tipo de 15 y mas alto que yo y fuerte) choque contra su hombro y fue entonces que experimente un dolor sin igual que recorría mi cuerpo entero me quede ahí tirada no podía moverme recuerdo que tenia dificultad para respirar por el dolor, mientras mis primos festejaban su victoria pero al notar que no me movía corrieron a mi me quitaron la camiseta enorme que traía encima y sus ojos se llenaron de asombro y dolor...me había dislocado el hombro.

Enseguida me llevaron a casa pues no sabia si moverme o no, en la entrada mi mama aguardaba por mi y al ver mi cara pregunto que sucedía pero al ver mi brazo la duda se extinguió se enojo mucho conmigo por que ya varias veces me había dicho que dejara el fútbol americano que no era para mujeres y hasta ese entonces dije que si que lo dejaría por la paz pero que me llevara al doctor por que sentía que me moría del dolor. Al llegar al hospital por poco y desvanezco afortunadamente me atendieron enseguida me sentaron en un cuarto a solas, ya no podía mas estaba llorando de dolor, luego oí la puerta cerrarse y dentro del cuarto había 2 enfermeros, 1 doctor y mis papas estaban hablando sobre lo que me haría pero cuando oí las palabras "debemos regresar lo a su lugar" un escalofrió recorrió mi cuerpo temí por cuerpo, no me creía capaz de soportar mas dolor. Entonce los enfermeros y mi papa me sostuvieron para que no me moviera y el doctor levanto mi brazo y lo estiro en ese instante sentí un alivio tremendo claro que me seguía doliendo pero ya no igual. Me dejaron salir ese mismo día pero me dijeron que no cargara nada por un mes con ese brazo porque aun estaba delicado, me dieron medicina para el dolor. Desde ese día no he vuelto a tocar una pelota de fútbol americano e incluso aveces temo jugar algún deporte y supongo que es el miedo de volver a experimentar algo así, ademas después de ver lo preocupada que estaba mi madre no me atrevo a volver a hacer algo que la preocupe mejor vivo la vida sin arriesgar mi mente ni mi físico.